La fracción parlamentaria del PRD en el Senado, presentó el pasado 11 de octubre de 2012, la propuesta de ley para derogar el impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS), a los servicios que se prestan a través de una red pública de telecomunicaciones; (televisión por cable, telefonía celular, enlaces satelitales, cableados, redes de transmisión, con excepción de la telefonía rural, telefonía pública, interconexión y acceso a internet).
El legislador concibió desde 2010 la incorporación del 3% a las telecomunicaciones, en su momento, se comentó que sería un “des-incentivo” al crecimiento del sector. El PRD mismo apostó el ofrecimiento de este impuesto, para evitar el gravamen generalizado a medicinas y alimentos.
¿qué ocurrió entonces, que ahora el mismo PRD está proponiendo su desaparición?
Pues finalmente que el impuesto en estos dos años, no logró la recaudación esperada, además encareció el precio de los productos y servicios de telecomunicaciones en un 19% (16% IVA + 3% IEPS), por lo que impidió el crecimiento del sector y la adquisición del servicio en la población más necesitada, inhibió el crecimiento digital del país, y lo puso en desventaja con respecto a la agenda digital del otras naciones, evitando con ello que el uso de tecnologías de información y telecomunicaciones contribuyera al desarrollo económico del país, reduciendo la competitividad y bajando la calidad de vida vida de la población en general.
Ahora el legislador considera que gravar con IEPS estos servicios, constituye una carga impositiva regresiva, ‘cortoplacista’, ineficiente y particularmente contraproducente, y grava servicios y productos necesarios para la generación de empleo, ahorro del gasto público y privado, acceso a la educación y a la productividad.
De todo ello se deduce que los legisladores deberían estudiar más a detalle los principios tributarios, antes de establecerlos.
Esta carga administrativa desde un inicio transgrede los principios básicos de Adam Smith, particularmente el de economía:
“..Principio de Economía
Este principio consiste en que toda contribución debe percibirse de tal forma que haya la menor diferencia posible entre las sumas que salen del bolsillo del contribuyente las que ingresan al tesoro público.
....Cuando el costo de la recaudación excede del 2% del rendimiento total del impuesto, éste es incosteable....
La existencia de impuestos opresivos a la industria, que desaliente a la gente;...”
Tomado del libro: INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL DERECHO TRIBUTARIO MEXICANO, Margáin Manaoutu, Emilio. Editorial Porrúa, S.A. de C.V. ISBN 970-07-7113-X
Aún recuerdo las clases de legislación fiscal de la universidad, en donde mi maestro Manuel Alatriste y Ruiz decía “el problema del contador es que quiere ser abogado, y del legislador que es un pobre tonto”
En FME CONTADORES PÚBLICOS, somos expertos en el desarrollo de estrategias fiscales, que le permitirán cumplir debidamente con sus obligaciones impositivas salvaguardando su patrimonio al mismo tiempo.
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